La concentración es una herramienta fundamental para terminar de leer cualquier libro en el lapso de tiempo que te hayas propuesto. Sin embargo, no es un secreto que en ocasiones ello puede volverse un poco cuesta arriba. Bien sea por cuestiones laborales, académicas, preocupaciones o simplemente porque no logras alcanzar el nivel de concentración adecuado para ello. Recuerda que leer un libro no es solo hojearlo y culminar a tope todas las líneas y párrafos del mismo. Habrás leído real y correctamente un libro cuando al finalizar te haya quedado una enseñanza en concreto y te sientas capaz de hacer un breve resumen de la historia. Esta falta de concentración que no te permite leer libros como es debido puede solucionarse fácilmente. ¿Cómo lo harás? Te lo explicamos en el siguiente artículo.
No te fijes un límite de libros por leer
Este es uno de los errores más frecuentes que cometen quienes se han planteado leer más libros que el año anterior. No está mal la idea de querer rebasar la cantidad del año pasado, pero fijarte un límite probablemente sea solo una medida de presión a ti mismo que podría complicarte por una u otra razón los planes para llegar a dicho límite. Lo mejor en este caso es que te dejes llevar por la lectura, te sientes a nutrirte de cualquier libro que haya llamado tu atención y luego comprobar a donde te ha llevado ello. Recuerda que leer por placer siempre será mucho mejor que hacerlo por obligación. Por ello te resulta más fácil memorizar los libros que tu has elegido que los que te mandaron a leer por cuestiones académicas.

Intenta cambiar de formato de lectura
Si has implementado una técnica o formato de lectura determinada y sientes que no te ha rendido frutos, nunca es tarde para cambiar de modalidad. Hay quienes se sienten mucho más cómodos leyendo libros en físico que en PDF. Otros opinan lo contrario. Sea como sea, independientemente del formato de lectura que hayas escogido, no hay excusas para dejar de seguir las historias de tus libros favoritos. Además, la tecnología ha hecho posible la aparición de los audiolibros, con los cuales ni siquiera tendrás que hacer el esfuerzo de pasar página por página para leer, sino que solo debes reproducir la historia y sentarte a escuchar detenidamente la misma.

No te aboques a un solo tipo de libros y cambia de género
Tras leer continuas publicaciones de un mismo género literario puede que seguir leyendo del mismo te resulte aburrido y poco interesante. Es absolutamente normal que ello ocurra, pues esto es lo que causa la monotonía: fastidio, aburrimiento y desinterés. Además, el factor ‘crecimiento’ también está presente en este ítem, puesto que los libros de fantasía que adorabas de niño puede que ya no te resulten tan maravillosos ahora en plena etapa juvenil o adulta. Enfócate, por ejemplo, en leer libros que jamás pasen de moda: autobiografías, libros de autoayuda y /o reflexivos. Atrévete a leer sobre todo aquello que no has leído antes. Investiga sobre los distintos géneros literarios para que tengas una idea de todo lo que podrás encontrar en ellos.

Crea tu propio espacio de lectura
Puede que muchos pasen este punto por alto, pero ello no quiere decir que tu seguirás la misma modalidad. Es cierto que muchas personas tienen la capacidad de leer, captar y analizar un libro así lo vayan leyendo en el metro con todo el bullicio de la gente alrededor. Sin embargo, no todo el mundo está apto para eso. Si ocupas este segundo rango, entonces lo más recomendable sería que establezcas tu propio espacio de lectura. De esta manera estableces un vínculo fuerte y duradero con la literatura que te permitirá disfrutar a plenitud todo lo que se plasma en el libro que has elegido. Habilita una sala de lectura en tu casa y dale el acondicionamiento que desees. No olvides que el contexto influye mucho, así que encárgate de construir un espacio en el que te sientas realmente cómodo.

No está mal leer tus libros favoritos con un poco de música
La gran mayoría de las personas prefiere ponerse a leer su novela o libro en cuestión en un sitio en el que abunde la paz, el silencio y la tranquilidad, tal y como ocurre en las bibliotecas. Pero también hay quienes sienten que la música incrementa las facultades interpretativas de la mente para lograr entender un libro perfectamente. En estos casos es recomendable reproducir música calmada (preferiblemente instrumental), pausada y de ritmos lentos. Este tipo de músico ayuda a la mente a conseguir la concentración necesaria, pues ayuda al cerebro a entrar en un estado de relajación profunda. Pero retomando el punto anterior, no quiere decir que todo el mundo haga uso de la música lenta para ponerse a leer un libro, puesto que hay personas que leen sin inconvenientes aún cuando en el reproductor de música han colodado heavy metal a todo volumen.

No leas libros que no te gusten
No te exijas demasiado en cuanto a la lectura de los libros, recuerda que si lo estás haciendo es por decisión propia y porque el mismo te ha llamado la atención. Tampoco te conviertas en un irresponsable que deja los libros a la mitad y jamás los culmina. Aunque esto en ocasiones resulta entendible, tomando en cuenta que algunas veces las historias suelen ser bastante aburridas o repetidas, conduciendo a la ‘dejadez lectora’. Por ello es tan importante que sepas elegir el tipo de libro que quieres leer, cuestión de que a mitad de camino no vayas a dejar de leerlo. Y si ya has dejado un libro a la mitad, no te sientas culpable por ello, sigue adelante con cualquier otro que te parezca interesante. Todos nos equivocamos, y los errores se supone que son para aprender de los mismos.

Cuéntanos ¿cuáles son tus libros favoritos?